DE «CAZAR» AURORAS A LOS BOSQUES NEVADOS DE LAPONIA

PORTADA | Cómo la experiencia única de «cazar» auroras boreales en Laponia finlandesa se convirtió en una aventura nocturna de bosques nevados, con ríos congelados y una hoguera en mitad de la noche ártica.

En motos de nieve por los paisajes nevados de Laponia finlandesa.
En motos de nieve por los paisajes nevados de Laponia finlandesa.

El termómetro marcaba 17 grados bajo cero, cielos despejados y un alto porcentaje de posibilidad de disfrutar auroras boreales. Faltaba una semana para que llegáramos a la región de Laponia finlandesa y la situación no podía ser más prometedora. Por fin íbamos a cumplir una de esas experiencias que tienes en la lista de “Cosas que hacer antes de morir”. Pero ya nos avisaron de que esto de contemplar auroras boreales es imprevisible (aunque te recorras Europa de sur a norte) y  el tiempo cambiante hizo que que a nuestra llegada a Rovaniemi no hiciera tanto frío, sobre 0 grados, el cielo nos recibiera encapotado, y permaneciera así durante toda nuestra visita al Círculo Polar Ártico. ¿Se acabaron aquí nuestros sueños? No, empezó otra aventura.

El safari que nos iba a conducir a la caza de esas luces del norte, gracias a Arctic Life Style, se convirtió en una experiencia única: una excursión nocturna entre bosques nevados en moto de nieve. Increíble sensación a pesar de que en pocos tramos traspasas los 50km/h. No es adrenalina por la velocidad, te invade el sosiego y fla elicidad al ver que a la puerta de casa tienen unos paisajes tan fascinantes.

Empezamos por el río congelado que atraviesa Rovaniemi ante el ignorante miedo de si esas aguas congeladas resistirían. Continuamos por pistas de pocos metros de ancho sorteando abetos y abedules. Y finalizamos junto a una cabaña hecha con troncos a modo de refugio, en donde Sami Öhman, un excelente guía que presume de tener “el mejor trabajo del mundo” y buen conocedor de España en donde ha pasado largas temporadas, nos remató con unas salchichas y un chocolate caliente al fuego de una hoguera al aire libre. Solos la noche, la nieve, el bosque y nosotros.

Gracias a ese cielo de hormigón que nos impidió ver el espectáculo natural de las auroras boreales, pudimos fijarnos en lo que hay en la tierra, entre esos bosques nevados y ese río congelado, en el crepitar de la hoguera entre penumbras árticas, en el norte de Finlandia que hay a ras de suelo. Eso sí, la lista de “Cosas que hacer antes de morir” sigue teniendo las auroras boreales pendientes, y he añadido otra: “recorrer por la noche los bosques nevados de Laponia en moto de nieve”. Y evidentemente ya está tachada.

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