LIUBLIANA, LA CAPITAL VERDE Y SILENCIOSA DE ESLOVENIA
PORTADA | Qué rápido se acostumbra uno a la ausencia de ruido y contaminación de los motores. Ese que lleva intrínseco el ADN de las ciudades y que en la capital de Eslovenia, Liubliana, han desterrado del centro histórico. Una medida que, junto a otras como reciclar dos tercios de los residuos que generan, le valió ser la Capital Verde Europea de 2016. Primera de la Europa del Este.
Así que pasear por esta ciudad se convierte en un goce ahora que todavía el turismo de masas no la ha descubierto. Y poco tardarán. Porque Liubliana significa “Amada”, y esa situación entre Italia, Austria y Croacia la hace única. Con alma mediterránea presente en las innumerables terrazas que toman sus calles y un poco de austríaca en su arquitectura.
Rodeada por el río Liublianica, esta ciudad tiene puentes acristalados, adornados con columnas, repletos de candados y hasta uno triple (Tromostovje), obra del arquitecto que ha diseñado gran parte de la ciudad: Jože Plečnik. Una buena manera de apreciarlos es tomar una barcaza que recorre el río en una hora. Esta visión es muy diferente a la que obtendrás en lo alto del Nebotičnik (rascacielos en esloveno). Solo 70 metros, pero que en 1933 le convirtieron en el edificio más alto de la antigua Yugoslavia. Su arquitectura sencilla contrasta con las fabulosas vistas que se obtienen desde su terraza-bar: la ciudad a los pies del castillo medieval. Liubliana, cómo no “amarte”.
VISTAS DEL CASTILLO | NEBOTICNIK. Subir a la terraza del rascacielos de Liubliana y ver caer el día, salir la luna e iluminarse la ciudad. ¿Necesitas algo más?
TERRAZAS | EL CENTRO HISTÓRICO. El espíritu mediterráneo está en las múltiples terrazas que toman el centro histórico.
PASEO FLUVIAL | RÍO LIUBLIANICA. El refrescante paseo en barca ayuda a tener una radiografía de la ciudad y la importancia del río que la vertebra.