EL SUR DE FRANCIA, TESOROS A LA SOMBRA DE CARCASONA
PORTADA | Tener de vecina a Carcasona es vivir a la sombra de un gigante turístico. Que, como mucho, optas a quedar en ese segundo puesto de la zona y que nadie es capaz de memorizar. No dudaremos de su belleza, pero junto a esta ciudad y el Canal du Midi que cruza el sur de Francia se encuentran un sinfín de tesoros con mucha historia en los que el turismo aún no ha llegado en hordas.
Cruzando los Pirineos nos encontramos con un sur de Francia en donde los viñedos pueblan las colinas y te conducen hacia a la Abadía de de Saint-Hilaire, al sur de Carcasona. Una más si no fuera porque aquí se elaboró en 1531 el primer vino espumoso del mundo a través del método ancestral. Así que seas creyente, agnóstico o ateo debes bendecir a aquellos monjes tan “espirituosos”.
Más al este, recorremos un valle atravesado por el río Orbieu hasta llegar a Lagrasse. La historia de la población se confunde con la de la Abadía de Sainte-Marie de Lagrasse, ya que estos monjes fueron sus primeros pobladores. Su intacto puente románico separa la abadía del pueblo que, junto al mercado cubierto, es uno de sus atractivos.
Hay pueblos que pueden presumir de ser de los más bonitos de Francia. Una etiqueta (o sello de calidad) oficial así los define. Minerve es uno de ellos. En un enclave especial en una meseta calcárea, es un buen lugar para poner fin a esta excursión a la sombra de Carcasona.
EL CLAUSTRO – ABADÍA DE SAINT HILAIRE. Imprescindible el claustro de esta antigua abadía benedictina fortificada donde se inventó el Blanquette de Limoux, primer vino efervescente del mundo.
EL MERCADO – LAGRASSE. En la plaza del Hall se encuentra el antiguo mercado cubierto, entre callejuelas que recorren el casco antiguo de Lagrasse.
LA HUELLA MEDIEVAL – MINERVE. La ciudad guarda muchos vestigios de la época medieval como la mural o las puertas fortificadas.