BERLÍN, DE NEFERTITI A LA GENTRIFICACIÓN
PORTADA | Berlín es un libro de historia. Pasear por esta metrópoli es hojearlo, maravillarte por la grandeza de la puerta de Brandeburgo (1791), antigua puerta de entrada a la ciudad, y entristecerte a pocos metros con el memorial a los judíos asesinados en el holocausto representado por un laberinto de fríos bloques de hormigón.
Unos sarcófagos que nada tienen que ver con los que se encuentran en el Neues Museum, donde diferentes maravillas de Egipto bailan al son de la reina Nefertiti. Aquí está su famoso busto (1340 a.c.) custodiado por altas medidas de seguridad. Tenerla cara a cara y contemplar su imperecedera belleza son esos segundos de viaje que no olvidas. Imposible hacerlo.
Y saltamos 3300 años para sumergirnos en la Alemania oriental en el DDR Museum. Cómo vivían, cómo eran sus casas, qué música escuchaban, qué coches tenían… Todo lo puedes ver (y tocar) en este museo interactivo a orillas del río Spree.
Una recreación que sirve de aperitivo a la galería al aire libre más conocida del mundo: la East Side Gallery. Es el tramo más largo que queda del muro de Berlín. Una brecha entre dos mundos que hoy son difíciles de diferenciar con luminosos de multinacionales a pocos metros. Una globalización que también ha llegado a los barrios de Kreuzberg y Friedrichshain. Bares de moda, gastro-mercados como el de Markthalle Neun, clubes, tiendas y gentrificación. Bienvenidos a 2017.
Simbolizó la división en la Guerra Fría y actualmente todo lo contrario, siendo escenario de conciertos y la fiesta de año nuevo.
EL BUSTO DE NEFERTITI – NEUES MUSEUM
Este museo es uno de los cinco de la céntrica isla de los Museos (Patrimonio Mundial de la Unesco).
GASTRO-MERCADO – MARKTHALLE NEUN
En este mercado en el corazón de Kreuzberg puedes comprar productos ecológicos, tomarte unas tapas españolas, catar vinos internacionales, inmortalizarte en un fotomatón en blanco y negro…