UN RIAD CON ACENTO ESPAÑOL

EL VIAJERO | Esta es la historia de dos amigos, profesionales del marketing y publicidad, que vivían en Barcelona: Stephan Cañón y Xavier Alenyà. Un viaje del primero a Marrakech y un mensaje SMS a su amigo proponiéndole la aventura de montar un riad fueron suficientes para convencerlo y así cumplir el sueño que perseguía Xavier desde los 14 años: abrir un hotelito pequeño. Xavier nos habla de ese proyecto que vio la luz bajo el nombre de Riad Snan 13 en septiembre de 2011 en el corazón de la Medina de Marrakech.

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-¿Por qué el nombre de Snan 13?

Es el nombre de la calle y el número y la razón es que no nos dejaron poner otro. Otros que queríamos o ya estaban registrados  o la oficina de registro no nos dejaba porque no le gustaba. Así que al final optamos por el nombre de la calle. Snan es un sabio musulmán.

-¿Teníais conocimiento del sector hotelero o fue más bien un amor a primera vista con Marrakech y querer montar algo allí?

Nosotros nos dedicábamos al marketing y publicidad en Barcelona. Veníamos de otro sector completamente diferente pero poco a poco vamos aprendiendo.

-¿Pero ya conocíais Marrakech?

No, ninguno de los dos. Ninguno de los dos había estado nunca en un país musulmán.

-¿Qué es lo que os atrajo de Marrakech?

Pues lo que tiene Marrakech es que o la adoras o la detestas. Y Stephan se sintió enamorado. Es que es una ciudad que te puede pillar, si te gusta este ambiente, este tipo de vida…Te atrapa. A dos horas de Madrid, de Valencia, de Barcelona…

-¿Vuestros clientes suelen ser españoles o más bien de otras nacionalidades?

Al principio eran españoles al 80%, pero ahora hay más extranjeros que españoles. Más del 70% son extranjeros. Tenemos mucho cliente inglés, mucho francés…

-¿Y qué es lo que más te gusta personalmente de Marrakech?

A mí el bullicio y ver a los niños como éramos nosotros hace 40 años. Jugando en la calle, jugando a la pelota, no hay consolas… Es la infancia como la recuerdo yo. Y a los adultos verlos en esta mezcla que hay. La vida es mucho más simple, propia de un país como Marruecos donde la vida se hace en la calle.

-Actualmente, ¿vives más en Barcelona o en el riad?

Siempre hay uno de los dos en el Riad. Yo, que tengo familia, estoy más en Barcelona y paso unos 10 días al mes en el riad. Vengo de trabajo.

-¿Qué es lo que ha sido más difícil para llevar a cabo este sueño? ¿Conseguir el edificio? ¿Las obras? ¿Los permisos?

Todo ha sido duro, porque al principio veníamos de escapadas de fin de semana para encontrar el edificio. Nos costó casi un año y medio. Luego las obras, dos años.  Y conseguir los permisos finales un año más.  O sea, que se alarga mucho. Hay momentos en los que se pierde la esperanza, pero bueno…

-Cuando encontrasteis el riad, ¿estaba en ruinas o ya estaba rehabilitado?

La casa habían intentado rehabilitarla pero estaba a medias. Así que no era ni una casa antigua ni una casa moderna. Así que lo mejor era tirarla abajo y empezarla de nuevo. No era aprovechable. Entonces la tiramos toda abajo.

-¿Y construir en medio de la Medina tuvo que ser complicado?

Claro. Todo se tuvo que hacer a mano, y transportar los materiales se tuvo que hacer en burro porque los coches y camiones no entran por las calles tan estrechas. Así que todo se tenía que cargar. Todo está hecho a mano. Ni hormigoneras ni nada. Todo a mano.

-Vuestro riad está en la Medina. ¿Qué no deberíamos perdernos en la Medina de Marrakech? 

Desde el punto de vista cultural no debes perderte la Medersa Ben Youssef, que es la escuela coránica. Tiene un arte muy delicado y trabajado en las paredes, techos… Y, luego, sobre todo, no perderos el ambiente de la parte vieja de la ciudad, sus callejones…

 -Si tuvieras que recomendar algún rincón de estos «poco conocidos» cuál nos desvelarías?

La plaza de las especias por la tarde, donde está el Café des Epices. Tomarse un café allí por la tarde, cuando cae el sol. Si puede ser en la terraza y si no en la parte de abajo. Ese momento es mi preferido. Luego hay un antiguo riad que lo han convertido en café y sala de exposiciones. Es el café Dar Chérifa. Donde puedes tomar zumos, tés…Es un lugar espectacular y el camino que te conduce hasta él también es bonito.

-También tenéis restaurante para vuestros clientes, ¿cuál es el plato estrella?

Es el pollo Macful que es cocinado muy lentamente con cebolla, uva, ciruela, orejones… y especiado ligeramente, para que no canse al paladar del turista.

-Para acabar me gustaría que nos dijeras por qué no deberíamos perdernos el Riad Snan13 si visitamos Marrakech…

Nuesto riad es la calma dentro de la tempestad que es la ciudad bulliciosa de Marrakech. Es la calma en todos los aspectos. En silencio, en el ambiente, en los colores ya que casi todo es blanco, en los olores, en todo… Así, la calma llega a todos los sentidos.

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