JAVIER REVERTE, EN MARES SALVAJES

EL VIAJERO | El escritor de viajes Javier Reverte vuelve al Gran Norte con su nueva obra “En Mares Salvajes”. Un recorrido ártico por el mítico Paso del Noroeste, cuyos hielos se abrieron por primera vez en el verano de 2007. Un año después, Reverte se embarcó en un barco oceanográfico ruso que iba a realizar este recorrido. Con “En mares salvajes” conoceremos sus aventuras pero también la de exploradores de siglos pasados que se aventuraron en este terreno tan inhóspito. De ese viaje, sus aventuras africanas y sus viajes nos ha hablado.

El escritor de viajes Javier Reverte inmerso "En Mares Salvajes".
El escritor de viajes Javier Reverte inmerso «En Mares Salvajes».

¿Qué tiene “En Mares Salvajes” que no tengan tus otros libros y qué sería una buena razón para que lo leyéramos?

Tiene un geografía distinta, pero emocionante.

 -Nos tenías acostumbrados a “aventuras tropicales”, tanto por África como por el Amazonas, pero últimamente te ha dado por el Norte en tus dos últimos libros. ¿A qué se debe este cambio?

Me gusta cambiar y estoy harto de insectos. En el Norte no hay malaria.

 -Da la sensación de que estés enganchado al ártico. ¿Piensas volver en alguno de tus libros a África?

De hecho he terminado ya uno nuevo sobre África, pero hay que esperar un poco para publicarlo.

-La mayoría de aventuras que narras están al alcance económico de “casi todo el mundo”. En cambio, ¿este viaje por el ártico no se puede hacer en plan mochilero, verdad?

Éste no es viaje  para mochileros. Entre los aviones, los desplazamientos árticos y todo lo demás, calcula unos 10.000 euretes. Es como una inversión que luego intento recuperar con las ventas de los libros. Si los lectores me compran, puedo seguir viajando y escribiendo. Si no me compran, me dedicaré a la poesía lírica.

En mares salvajes - ALTAEn principio África parece que impacte más emocionalmente. ¿Qué tiene el Ártico que nunca te podría transmitir África?

El horror de la atrocidad de sus paisajes. El Ártico es inhumano, mientras que África es profunda y trágicamente humana.

-En tus viajes sueles embarcarte solo. ¿Cómo hace uno para convencer a la familia que se quede en casa porque quiere viajar solo?

Con que te amen, basta. Tú eres así. Y te toman o te dejan.

-De los “compañeros de viaje” con los que has compartido horas o días de aventura, ¿hay alguno del que guardes un gran recuerdo?

No hay que ir muy lejos: mi amigo Pepe Soler, el «Vinagre», con quien solía pescar en el mar de Almería. Reíamos, pescábamos, cantábamos y disfrutábamos del hecho de vivir y ser amigos.

-En cada uno de tus viajes nos acompañan grandes exploradores, escritores… ¿Cuál de todos los que te han acompañado por África, Grecia, el Amazonas o el Ártico te parece más admirable?

Ulises, porque, gracias a sus hazañas, Homero inventó la literatura.

-¿Algún lugar donde haya transcurrido alguna de tus aventuras y al que no volverías ni soñando?

El río Congo. Casi me matan. Y si vuelvo, me matan seguro. No hay que tentar al Diablo.

-Muchos libros tuyos transcurren siguiendo el curso de un río. ¿Qué tienen los ríos que tanto te atrapan?

Lo ríos son libres y reparten agua, que significa vida. Si no fuese hombre, quisiera ser río y que los humanos me adorasen como a un dios en sus riberas.

-¿Por dónde transcurrirá tu próximo libro?

Sale en diciembre, es novela y transcurre en Guinea Ecuatorial, la penúltima colonia española.

 -¿Escritor que viaja o viajero que escribe?

 Escritor que viaja, sin duda.

-¿Qué no puede faltar en tu equipaje?

 Cepillo de dientes y cuadernos de notas.

-¿Qué le pides a un viaje?

 Que me cambie.

 -Cuándo no estás preparando un libro, ¿qué tipo de viajes sueles hacer?

Sólo viajo para escribir.

-¿Dónde ha sido el mejor viaje de tu vida?

La primera vez que fui a ver el mar: en Galicia, con once años.

-¿El mejor hotel en el que hayas estado?

   El Bahia de Vigo, en Vigo, habitación Aristóteles.

 -¿Un restaurante que ya de por sí merece un viaje?

El Almejero de Garrucha, en Almería, el mejor de todo el Mediterráneo, incluidas Francia e Italia.

-¿Un momento irrepetible que hayas vivido viajando?

Un amanecer saliendo de Ítaca, la isla de Ulíses, a bordo de un trasbordador.

 -¿Algún destino pendiente?

   La muerte, claro. Y espero que tarde.

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