EL VIAJE DEL AÑO: ATRAVESAR EN BICI EL LAGO BAIKAL

EL VIAJERO | Juan Menéndez Granados está hecho de otra pasta. De la de los aventureros. Después de unas cuantas expediciones extremas que le han llevado por todo el mundo, cruzó con su bicicleta el lago Baikal (en Siberia) congelado. 19 días pedaleando en la soledad y el frío, ya que llegó alcanzar los 23 grados negativos. Una gesta que le ha valido el premio de Viaje del año que otorga la Sociedad Geográfica Española. Esa hazaña deportiva la narra en su libro “Expedición Baikal, solo en el hielo”. Todas sus aventuras las puedes seguir en www.juanmenendezgranados.com. 

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-¿Cómo se te ocurrió la locura de cruzar el lago Baikal congelado?

No fue exactamente una “locura”, si no algo muy planeado. Después de atravesar Escandinavia en invierno y las carreteras de hielo del ártico canadiense, buscaba pedalear por hielo virgen, y tras un estudio minucioso, llegué a la conclusión de que uno de los mejores sitios donde intentarlo era el Lago Baikal, por sus condiciones tan especiales.

-Ya habías participado en varias aventuras extremas. ¿Ésta ha superado la dureza de las anteriores?

Sí. Es difícil quedarse con una expedición como la más dura, aunque el Baikal ha supuesto estar muy cerca del límite en muchos aspectos. Estamos hablando de pedalear por hielo virgen, con toda la dificultad del entorno, más la dificultad de pedalear por nieve y hielo. Los desiertos australianos o la selva amazónica no se quedaron muy lejos, pero es posible que en el Baikal haya tenido la expedición más comprometida.

 -¿Cómo se prepara una persona para un reto así?

Hay varios tipos de preparación. Por supuesto, hay que prepararse física y psicológicamente, pero también hay que ocuparse de la preparación logística: estudiar cuidadosamente el material que vas a llevar, comida, climatología, dificultades a superar, mapas, permisos… Pero por si fuera poco, también está la búsqueda de patrocinadores, algo muy complicado en nuestros días.

 -¿Cuántos días te llevó cruzar el lago y qué temperatura llegaste a alcanzar?

Tardé 19 días y las temperaturas bajaban a 20 grados bajo cero por las noches y por el día se mantenían entre -6 y -15ºC. La temperatura mínima fueron -23ºC. Lo malo del Baikal es que es un sitio muy ventoso, y la sensación térmica es horrorosamente fría.

 -¿Cómo te guiabas?

Con mapa y brújula, y confirmando con gps. Durante las ventiscas tiraba más de gps porque no ves más allá de 50m, y no tienes ninguna referencia. Es incluso difícil hasta orientarte así. Y sí, debido a las bajas temperaturas, tuve problemas con la pantalla del gps, ya que se me quedaba colgada.

 -¿Cómo se pedalea por hielo virgen?

Depende. Si el hielo está limpio y es regular, muy bien. Si hay crestas de compresión, regular, y si hay más de 8-10cm de nieve, fatal, porque hay que empujar la bici sobre un terreno muy blando, con lo que se hace una tarea muy ardua.

 -¿Y la nieve no fue ningún impedimento en todos los días de travesía?

Sí, fue un gran impedimento sobre todo los primeros días y al final, donde el lago tenía mayor acumulación de nieve.

 -¿En algún momento temiste que se rompiera el hielo?

Sí. Es un riesgo que siempre está ahí, a pesar de que podía llegar a tener hasta más de un metro debajo de mí. Hay crestas, roturas internas y roturas físicas, y como el Baikal es una zona sísmicamente activa, corría el riesgo de que por un temblor el hielo sufriera roturas.

 -¿Cómo se vive en soledad durante tantos días?

La soledad es una compañera difícil. Llegué a estar hasta 10 días en completa soledad y durante los 19 días sólo vi a algunos pescadores locales.

-¿Te cruzaste con algún animal durante la expedición?

Con una foca, y cuando se dio cuenta de mi presencia se escondió detrás de unos bloques de hielo. Aprovechan las roturas que hay en el lago para respirar. Aún es un misterio cómo han llegado estos animales hasta este lago en medio de Siberia.

 -¿De qué te alimentabas?

Llevaba desde el principio toda la comida que necesitaba para 15 días. Al final, como por la gran cantidad de nieve acumulada tardé mucho más (19 días), tuve que ir dosificando la comida hasta conseguir llegar al final. Al estar siempre con temperaturas por debajo de cero no tienes problemas de conservación. Llevaba comida liofilizada complementada con alimentos básicos como queso, pan, leche condensada, té…

-¿Qué es imprescindible para una aventura de este tipo?

Voluntad, pasión, experiencia y medios para poder llevarla a cabo. Desgraciadamente esto último es lo que más trabajo cuesta. La experiencia también es fundamental. No te puedes meter en estas situaciones sin un buen bagaje a tus espaldas. De lo contrario tienes muchas papeletas para no regresar a casa.

-¿Cuál fue la jornada más larga y maratoniana que hiciste?

Ahora mismo me pillas. Creo que fue una en la que hice 70km. Sin duda, la que más larga se me hizo fue precisamente la más corta. Tras 7-8 horas empujando la bici sobre nieve blanda, y haciendo incluso porteos, sólo conseguí avanzar 5,5km. Fueron unos momentos duros, de mucho desgaste físico y psicológico, y en los que temí que no iba a poder cumplir mi objetivo.

-¿Cuál es el mejor momento que has vivido?

Si nos ceñimos a esta expedición por el Baikal, tengo grabado el recuerdo de la llegada al final del lago. Fue un momento muy emocionante tras tanto riesgo y penurias, y que no tenía nada claro que podría llegar a conseguir.

-¿Qué te parece el premio “Viaje del Año” de la Sociedad Geográfica Española?

Es el reconocimiento más prestigioso en nuestro país, por lo tanto es muy importante para mí, y me alegro muchísimo por los patrocinadores, instituciones y personas que han estado siempre ahí. También es para ellos el reconocimiento, se lo merecen. Llega en muy buen momento, y siempre ayuda a que el público menos entendido dé más valor a lo que haces.

-¿En qué aventura estás inmerso ahora mismo?

Acabo de llegar de una expedición por Tanzania y de momento hay que recuperarse económicamente. Tengo ideas sobre la mesa, y hay que empezar de cero con una nueva expedición. Tendré que trabajar muy duro durante los meses de verano para poder seguir con esta actividad. Es momento de empezar a viabilizar la mejor idea y de luchar por hacerla realidad.

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