EL GLACIAR MÁS GRANDE DE EUROPA ESTÁ EN ISLANDIA

PORTADA | Levantarnos y desayunar frente a los monolitos que surgen de la playa negra de Vik es en sí toda una invitación al relax. Es el único momento relajado del día ya que a partir de ahí tenemos dos objetivos y poco tiempo: el glaciar Vatnajokull y la laguna de Jokulsarlon.

Pero como sucede siempre, razones nunca faltan para hacer alguna parada. El trayecto hacia el glaciar es espectacular y desolador (¿se pueden juntar dos adjetivos tan dispares para definir algo? Pues sí.). La mayoría del mismo, del recorrido quiero decir, vas rodeado de lava recubierta de musgo creando una atmósfera más propia de una película de fantasía, en plan El señor de los anillos, que de un paisaje real.

Como siempre, nadie en la carretera, sólo nosotros, nuestro C4, y muy de vez en cuando alguna que otra furgoneta o autocaravana. Este país es un paraíso para los que gusten de ir con la casa a cuestas. Hay muchísimas paradas de pic-nic, entre paisajes de ensueño, en los que poder comer, aparcar o incluso acampar (está permitido libremente casi por todo el país; algo impensable en España).

Cuando llegamos al Parque Nacional de Skaftafell, donde está el glaciar Vatnajokull, optamos por hacer un trekking. Subimos hasta una lengua del glaciar más grande de Europa (y tercero del mundo, tras el Círculo Polar Ártico y Groenlandia) para luego continuar hasta Svartifoss. Una cascada negra envuelta, para regalo de las cámaras de los turistas, de columnas de basalto que van rompiéndose a los pies de la caída de agua.

Ambas atracciones te enmudecen, aún así el problema de la era audiovisual que vivimos es que ver tantas fotos de Svartifoss antes de haber ido puede producir el efecto “me esperaba más” o “en fotos parece más grande”. Aún así es una pasada. Y comer a los pies de la cascada con muy pocos turistas alrededor no tiene precio.

De momento el cielo nos ha respetado, pero cuando nos subimos al coche empieza a llover. Así que invitamos a una pareja de chavales austriacos que estaban calándose haciendo autoestop mientras nosotros viajamos con los asientos traseros del coche vacíos. La sensación de seguridad ya asumida en este país (y sólo llevamos tres días aquí) hace que ni siquiera te plantees qué te puede pasar por subir a unos desconocidos en el coche, si serán peligrosos o demás historias que en nuestro día a día estamos hartos de escuchar.

Jokulsarlon es la laguna donde desemboca una de las lenguas del glaciar Vatnajokull antes de salir al mar. En resumidas cuentas, icebergs de tonalidades blancas, azuladas, negras… Es donde rodaron Lara Croft: Tomb Rider y Muere otro día (de James Bond).  Nos contó la guía que nos llevó en un bote anfibio por la laguna, que en el rodaje de la peli de Bond, estuvieron taponando la salida natural de la laguna al mar durante tres semanas. Así consiguieron que se llenara de más icebergs de lo normal, y pudieron filmar una laguna más impactante de cara al espectador. La gran mentira del cine (o televisión, que se puede aplicar igualmente) pero…y lo bien que queda en pantalla.

Después de volvernos locos con tanto trozo de hielo, y alguna foca que asomaba tímidamente como diciendo “¿qué hace toda esta gente en mi casa?” llegamos a Höfn. Destino final donde nos arreamos dos de los platos más típicos de la zona: corderito y langosta con ajo a la parrilla (todos los años se celebra aquí el Festival de la Langosta. ¡Por algo será!). Deliciosos ambos. Menudo colofón a un día completo.

RECORRIDO: Vik-Höfn (300 km.)

COMER | Kaffihornid. Hafnarbraut 42. Höfn. A pesar de la larga espera valió la pena. El cordero está delicioso y las langostas al grill con salsa de ajo para perder el sentido. Höfn es donde celebran anualmente el Festival de la Langosta y, como era de esperar, éste era uno de los platos fuertes. Aunque puede resultar un poco cara la cena, vale la pena estirarse en este restaurante en una cabaña de madera. 6500 ISK por cabeza.

 

DORMIR | Hotel Edda Nesjum. Pocos kilómetros antes de llegar a Höfn desde el oeste. www.hoteledda.is. 10600 ISK cuesta la habitación doble con desayuno, pero baño compartido. Aunque las instalaciones sí dan la impresión de colegio, las habitaciones están muy bien, simples pero confortables, y el baño compartido estaba muy aseado. No esperes grandes multitudes. Ni colas, ni esperas para acceder. Como si estuviera dentro de la habitación, pero a la mitad de precio.

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